Al doblar la esquina

encontrado en un maletin de difuntos viernes cualquiera

Por Higronauta

Al doblar la esquina, se quedó completamente atónito. Sin aviso previo, y de una manera poco usual, la calle se acababa. Y no quiero decir con eso que se encontrara en una calle cortada o en un callejón sin salida. Simplemente, delante de sus pies, reinaba el más absoluto vacío. Tanta oscuridad le empezó a molestar los sentidos y estuvo a punto de caer al suelo bajo diagnóstico de perdida de conocimiento. Pero tuvo la suficiente fuerza como para dar un giro de ciento ochenta grados y volver, como pudo, por donde había venido.

Aún mareado, pero molesto por la falta de consideración por no avisar a la ciudadanía de la falta de todo al girar la esquina, se dirigió al cuartel más cercano de la Guardia Civil.

- Buenos días. Venía a presentar una denúncia.
- Usted dirá - le contestó aquel agente, pequeño y encorbado, que habitaba tras el mostrador.
- Quiero presentar una queja contra el ayuntamiento.
- ¿El motivo?
- La falta de señalización en las calles que desembocan a la nada.
- No es el primero que presenta esa denuncia. Hoy ya han venido una treintena de personas. Una de ellas, una mujer entrada en años, había perdido a su hija y a su perro, que han caido al vacío.
- ¿Y no piensan hacer nada para solucionarlo?
- Hacemos lo que podemos. Hemos enviado a cuatro técnicos a inspeccionar la zona, pero ninguno de ellos ha vuelto todavía.
- ¿Han pensado en advertirlo con una señal o un cartel?
- ¿Qué se cree que llevamos haciendo todo el día? Pero cada vez que alguien se acerca para señalizar la zona, el vacío los deja inconscientes y se los traga.
- ¿Y cómo es que más de una treintena de personas hemos podido sobrevivir a esa nada y plantarnos aquí para denunciar el hecho?
- Según el único observador que ha podido sobrevivir (ya que había tomado la precaución de estudiarlo todo desde una distancia prudencial y potentes prismáticos), las personas que "aquello" no absorve paracen tener una especie de enfermedad o déficit. Parece ser que nos hemos topado con un vacío algo sibarita.
- ¿Y que me dice de mí? ¿Cree usted que estoy enfermo o que represento alguna carencia o defecto?
- Así a simple vista no sabría que decirle. Pero, si fuera usted, me lo haría mirar. Por si a caso.



Dos días después a nuestro protagonista se le diagnosticó un cáncer de próstata terminal. Desolado, decidió saltar a aquél vacío, para ver qué tal estaba aquello. Pero éste, después de tragárselo, lo escupió fuera de sí con una violencia tal que fue a parar bajo las ruedas de un camión que circulaba a ochenta por hora tres calles más arriba.




Y es que, hasta la Nada discrimina...

8 comentarios:

Sergio dijo...

Jajaja, muy bueno, la Nada discrimina sin duda, y más que nadie!!!

kuroi yume dijo...

jojojojo, la guardia civil debería ir a buscar a Bastian directamente, se ahorrarían un buen montón de bajas y de esfuerzos inútiles.

Juanma Sincriterio dijo...

Jejejeje... Si es que cuando el día te viene cruzado...

Ramón Masca dijo...

Este relato confirma mi teoría de que los camiones que circulan a ochenta kilómetros por hora por el centro ciudad van cargados de puro amor global.

Anónimo dijo...

¿Conque cáncer prostático terminal, eh? El tipo no se llamraía Ballard por un casual...

Higronauta dijo...

Lo dudo, chufflu, más teniendo en cuenta que este texto data de hace algo más de una década.

Anónimo dijo...

Yep! no iba por ahí la cosa -ni era ésa mi intención-, pero bueno. Sólo pretendía ser una semilla de chascarrillo. Sin más.

Saludo.

Higronauta dijo...

Le bien aseguro que no ha habido malintepretación alguna por mi parte. Chascarrillee (cuantas dobles letras en una simple palabra...) al gusto, que para eso estamos (y somos).